lunes, 7 de mayo de 2012


Los himnos son composiciones poético-musicales de origen muy antiguo, cuyo objetivo principal fue el honrar a las divinidades, a los héroes y a las fuerzas de la naturaleza. Posteriormente adquirieron carácter religioso como alabanza a Dios, y finalmente político y social, y se enriquecieron con los ideales patrióticos y de independencia nacional; fue así que, coincidiendo con los acontecimientos históricos, nacieron los himnos nacionales, entre los cuales el más antiguo es el japonés, cuya música se remonta al siglo VIII, y el más popular, el francés, llamado “La Marsellesa”, compuesto en 1792 por Rouger deLisle, no como un himno nacional sino como una canción dedicada a la ciudad de Marsella.
En el caso del Ecuador, la historia de su Himno Nacional se remonta al año 1830, cuando al crearsela República el Gral. Juan José Flores -Presidente del nuevo Estado- encargó al poeta guayaquileño don José Joaquín Olmedo que escribiera una letra con tal propósito.
La obra de Olmedo, publicada en el año 1834, en su primera estrofa decía:
“Saludemos la aurora del día / para Quito la gloria inmortal, / en que osado Pichincha, el primero, / proclamó libertad, libertad.”.
Esta letra patriótica no recibió el favor del público, por lo que el propio Gral. Flores, en 1838 escribió una que en su primera estrofa dice:
“Ceñidos de laureles / hagamos resonar/ independencia y leyes; / reposo y libertad; / y en la guerra y la paz / independencia o muerte. / O muerte! / o libertad!”
Tampoco esta letra gustó a los ecuatorianos, y al igual que la anterior, no fue tomada en cuenta.
El asunto del Himno Nacional fue olvidado durante varios años, hasta que en 1865, el Dr. NicolásEspinoza Rivadeneira, Presidente de la Cámara del Senado, solicitó a don Juan León Mera, Secretario de la misma, la creación de una canción patriótica que sea digna de ser considerada como Himno Nacional del Ecuador. “Mera aceptó de buen grado, y la historia relata que en la noche del 15 de noviembre de 1865, escribió la hermosa letra de nuestro Himno Nacional, la misma que, sometida al conocimiento del Congreso Nacional, tuvo aceptación y aprobación unánime” (Galo S. Román.- Ecuador: Nación Soberana, p. 166).
Ese mismo año, el violinista argentino señor Juan José Allende -que servía en el ejército ecuatoriano-, presentó una partitura musical para el Himno Nacional, pero fue rechazada por el Congreso.
De inmediato la letra fue enviada a Guayaquil donde vivía el notable músico y compositor don AntonioNeumane, para que él creara una música acorde a las exigencias de una canción nacional. Poco tiempo después Neumane entregó sus partituras, y en 1869 el Congreso Nacional las aprobó definitivamente como la música del Himno Nacional del Ecuador.
Años después, el Congreso Nacional, por decreto del 29 de septiembre de 1948, sancionado por el Presidente Constitucional de la República, señor Galo Plaza Lasso, oficializó el uso del Himno Nacional del Ecuador, con la letra de Juan León Mera y la música de Antonio Neumane. Ese mismo año, el Congreso decretó la intangibilidad del himno y declaró el 26 de noviembre como su día oficial.

Historia Himno Nacional

Hay que recordar que hubo otros intentos por dotar al país de una Canción Nacional. Revisemos entonces los personajes y distintas épocas que aparecieron a lo largo de la interesante historia de nuestro símbolo patrio.

1830-1832: El bardo guayaquileño José Joaquín de Olmedo escribe una Canción Nacional (un coro y cuatro estrofas) en homenaje al naciente Estado ecuatoriano. Esta creación sugerida por el Gral. Juan José Flores no fue musicalizada ni tampoco logró difusión.

1833: Un himno con título de Canción Ecuatoriana (seis estrofas) se publicó en la Gaceta del Gobierno del Ecuador No. 125 del 28 de diciembre. El trabajo señala 1830 como el año de su creación, pero la mayoría de los cronistas no le presta total atención por ser de un autor anónimo.

1838: Una Canción Nacional (coro y cinco estrofas) aparece incluida en el folleto Poesías del General Flores en su retiro de La Elvira, que publicó la Imprenta del Gobierno. En edición posterior presenta cambios en su tercera estrofa. Aún así, para los historiadores es la segunda Canción Nacional que se conoce.

1865: El músico argentino, Juan José Allende, que colaboraba con el Ejército del Ecuador, presenta al Congreso Nacional un proyecto de musicalización de la letra del Dr. José Joaquín de Olmedo, pero aquello no tuvo la suficiente acogida.

En noviembre, por expreso pedido del presidente del Senado, Dr. Nicolás Espinosa, el poeta ambateño Juan León Mera Martínez, para entonces secretario de dicha función del Estado, escribe y entrega la letra del Himno Nacional, que luego de ser conocida por los congresistas es enviada a Guayaquil para que el maestro Antonio Neumane le ponga música.

1866: El 16 de enero se publica la versión completa de la letra de Juan León Mera en el semanario quiteño El Sud Americano.

1913: El escritor y diplomático guayaquileño Víctor Manuel Rendón, entrega un nuevo himno con letra adaptada a la música de Antonio Neumane pero finalmente el Legislativo rechaza la propuesta.

1947-1948: El Dr. José Miguel García Moreno, ministro de Educación del gobierno de Carlos Julio Arosemena Tola, comisiona al religioso jesuita Aurelio Espinosa Pólit y a Juan León Mera Iturralde, hijo del bardo tungurahuense, para que estudien y cotejen las versiones que se conocían.

Luego de un detenido estudio finalmente los comisionados recomiendan la expedición de un decreto que declare Himno Nacional del Ecuador a la letra de Juan León Mera Martínez.

1948: El Congreso Nacional declaró Himno Oficial e intangible a los versos del autor ambateño, con fecha 29 de septiembre. El Ejecutivo sancionó el decreto legislativo el 8 de noviembre y en el Registro Oficial No. 68 del 23 de noviembre se publicó dicha letra. Era presidente de la República Galo Plaza Lasso.

1965: Por cumplirse el primer centenario de la letra del Himno Nacional, la Junta Militar de Gobierno que regía el país procede a declarar el 26 de noviembre de cada año como Día del Himno Nacional del Ecuador. El decreto se expidió el 24 de noviembre.

1977: El Consejo Supremo de Gobierno, por decreto del 11 de marzo, dispone la supresión de ciertas repeticiones en el Himno Nacional a objeto de hacerlo menos extenso y propender a que la ciudadanía lo cante correctamente. 




CORO
¡Salve Oh Patria, mil veces! ¡Oh Patria!
¡Gloria a ti! Y a tu pecho rebosa
gozo y paz, y tu frente radiosa
más que el sol contemplamos lucir.
I EstrofaIV Estrofa
Indignados tus hijos del yugo
que te impuso la ibérica audacia,
de la injusta y horrenda desgracia
que pesaba fatal sobre ti,
santa voz a los cielos alzaron,
voz de noble y sin par juramento,
de vengarte del monstruo sangriento,
de romper ese yugo servil.
Cedió al fin la fiereza española,
y hoy, Oh Patria, tu libre existencia
es la noble y magnifica herencia
que nos dio, el heroísmo feliz;
de las manos paternas la hubimos,
nadie intente arrancárnosla ahora,
ni nuestra ira excitar vengadora quiera,
necio o audaz, contra si.
II EstrofaV Estrofa
Los primeros los hijos del suelo
que, soberbio; el Pichincha decora
te aclamaron por siempre señora
y vertieron su sangre por ti.
Dios miro y acepto el holocausto,
y esa sangre fue germen fecundo
de otros héroes que, atónito, el mundo
vio en tu torno a millares surgir.
Nadie, Oh Patria, lo intente.
Las sombras de tus héroes gloriosos nos miran,
y el valor y el orgullo que inspiran
son augurios de triunfos por ti.
Venga el hierro y el plomo fulmíneo,
que a la idea de guerra, y venganza
se despierta la heroica pujanza
que hizo al fiero español sucumbir.
III EstrofaVI Estrofa
De estos héroes al brazo de hierro
nada tuvo invencible la tierra,
y del valle a la altísima sierra
se escuchaba el fragor de la lid;
tras la lid la victoria volaba,
libertad tras el triunfo venía,
y al león destrozado se oía,
de impotencia y despecho rugir.
Y si nuevas cadenas prepara
la injusticia de bárbara suerte,
¡gran Pichincha! prevén tu la muerte
de la Patria y sus hijos al fin;
hunde al punto en tus hondas entrañas
cuando existe en tu tierra el tirano
huele solo cenizas y en vano
busque rastro de ser junto a ti.




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